Una diatomea microscópica, Didymosphenia geminata, se ha convertido en un quebradero de cabeza para los responsables de los ríos que ha colonizado recientemente. Muy difícil de erradicar, como todas las especies invasoras, provoca serias alteraciones en el ecosistema fluvial y es capaz de obstruir tuberías e instalaciones hidráulicas.
Hay una preocupación creciente por la dispersión y los efectos ambientales adversos del alga Didymosphenia geminata, conocida vulgarmente como “didymo”, “alga chapapote” o “moco de roca”. Considerada en todo el mundo como una de las más inquietantes especies invasoras de aguas dulces, D. geminata es un organismo microscópico perteneciente a la clase de las Diatomeas, algas unicelulares provistas de un caparazón silíceo, que forma colonias que se adhieren a cualquier sustrato duro en ríos, lagos y embalses. Aunque es nativa de la región circumártica, se han registrado crecimientos masivos de esta especie en ríos de toda Norteamérica, Europa y Nueva Zelanda, donde actualmente sigue extendiendo su área de distribución. La situación es especialmente crítica en Nueva Zelanda y en el noroeste de Estados Unidos, con gran parte de sus cauces fluviales afectados por infestaciones masivas.
Hasta hace unos años, la bibliografía se refería a D. geminata como una especie restringida a hábitats prístinos, pobres en nutrientes y de bajas temperaturas, pero actualmente se encuentra en latitudes y altitudes menores, donde ha adoptado un comportamiento ecológico mucho más agresivo. En efecto, tenemos evidencias de que el perfil ecológico de esta especie ha cambiado durante las últimas décadas. Numerosos estudios sugieren que su rango ambiental podría ser mucho más amplio de lo considerado hasta ahora, en especial su tolerancia a la concentración de nutrientes y a la temperatura, ya que últimamente está apareciendo en ríos eutróficos de clima templado. Se ha comprobado también que esta diatomea prolifera sobre todo en cauces regulados y, de hecho, puede soportar variaciones de caudal mucho más intensas que otras algas. Peor aún, durante las crecidas algunas colonias se desprenden y contribuyen a la dispersión de la especie.
Hasta hace unos años, la bibliografía se refería a D. geminata como una especie restringida a hábitats prístinos, pobres en nutrientes y de bajas temperaturas, pero actualmente se encuentra en latitudes y altitudes menores, donde ha adoptado un comportamiento ecológico mucho más agresivo. En efecto, tenemos evidencias de que el perfil ecológico de esta especie ha cambiado durante las últimas décadas. Numerosos estudios sugieren que su rango ambiental podría ser mucho más amplio de lo considerado hasta ahora, en especial su tolerancia a la concentración de nutrientes y a la temperatura, ya que últimamente está apareciendo en ríos eutróficos de clima templado. Se ha comprobado también que esta diatomea prolifera sobre todo en cauces regulados y, de hecho, puede soportar variaciones de caudal mucho más intensas que otras algas. Peor aún, durante las crecidas algunas colonias se desprenden y contribuyen a la dispersión de la especie.
En cualquier caso, aún es muy poco lo que sabemos sobre las preferencias ecológicas de esta especie y los factores que desencadenan los crecimientos masivos. Se ha sugerido que el incremento de las radiaciones ultravioleta puede favorecer su crecimiento, pero otros autores apuntan a una variante genética cuyo espectro ecológico más amplio es el responsable de las actuales infestaciones.
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