viernes, 28 de enero de 2011

La opacidad a la hora de catalogar especies invasoras

1 Consultor ambiental

En todo problema, y el caso de las invasiones biológicas no ha de suponer una excepción, el primer paso es asumir el mismo, y en este sentido, hablar de segunda causa de pérdida de biodiversidad, creo que es un buen reflejo de la gravedad que se le ha dado a este mal. Pues bien, toda vez que hemos admitido el daño, es hora de plantear soluciones y estas pasan por cimentar la base del conocimiento, más concretamente por delimitar que especies son proclives a desencadenar fenómenos perjudiciales. Y esto que a priori puede resultar sencillo, me temo que no lo es tanto, pues en medioambiente nunca hay nada sencillo, y en este caso, hacer un catálogo de especies invasoras no es una tarea exenta de complejidad. Una complejidad a la que trataremos de dar claridad, pues muchas de las debilidades susceptibles de acompañar a dicho catálogo, tienen fácil respuesta si nos alejamos de la visión opaca que se ha creado entorno a lo ambiental y lo valoramos desde otros ámbitos técnicos.
Pues bien, del mismo modo que nadie se vacuna cuando ya ha caído enfermo, una herramienta que alerta de un invasor cuando ya ha ocupado toda la península, carece cuando menos de premura. Por ello, un catálogo no debe quedar limitado a un mero desfile de especies emblemáticas sobre las que no hay ninguna discrepancia y cuya inclusión en el mismo resultan políticamente correctas, pues buscamos una herramienta operativa y no una declaración de buenas intenciones. De hecho, de aceptar este primer planteamiento erróneo, nos llevaría irrevocablemente a tolerar un segundo punto débil, el cual no es otro que la renuncia a la actuación temprana y local. Y de ser así, habría dos cosas imperdonables, la primera es que las invasiones no nacen, se hacen, y desperdiciar un tiempo valioso en que  estas se den por terminadas para poder actuar, es una actitud sobrada, toda vez que es evidente que actuar a nivel de un individuo es más eficaz que actuar a nivel de colonia, y por ello de nada me sirve un compendio que me alerte cuando la especie a colonizado medio país. La segunda cosa imperdonable, y muy relacionada con el hecho de permitir las invasiones nacionales, es el hecho de olvidar el dinamismo ecosistémico y que lo que hoy y aquí es una realidad, mañana y allí puede ser otra muy distinta. Sin ir más lejos, el cangrejo rojo americano para la cuenca del Guadalquivir, ayer y para toda la península era una grave amenaza, mañana y para la cuenca del Guadalquivir, es una pieza clave en el devenir del ecosistema. Una pieza clave, que no hemos de olvidar que lo es, por haber dejado pasar el tiempo esperando a que la invasión sea tan evidente como para convertirse en el último recurso, pues si cuando se liberan los primeros ejemplares, se retiran con premura, aquello que no era más que un excedente pesquero, escasa repercusión habría tenido sobre la fauna local. Y esto que visto así genera controversias, si lo asimilamos a la construcción, disipa toda duda, pues si se cae un azulejo en una habitación, el operario busca uno similar en el catálogo y sustituye únicamente el dañado, no como pretendemos en la naturaleza, restituir todos los azulejos de la casa porque uno se ha caído.
Igualmente importante es el tema de los recursos, y en este sentido me gustaría acercarme desde la perspectiva de la publicidad. Una marca de ropa puede poner un anuncio en cada rincón, o puede hacer que sus consumidores lleven su marca a cada rincón. Y si bien el resultado es el mismo, los costes difieren de  manera notoria. Así pues, podemos hacer un gran esfuerzo en preparar un equipo que catalogue cada rincón, o podemos hacer que las personas asiduas a la temática colaboren en dicha catalogación. Ni que decir tiene que pensar en la primera opción es una ilusión, pues mantener el desembolso que requiere la tarea de catalogar más allá de un empujón inicial  es inviable, y obviamente un catálogo es una realidad cambiante y que dejarla subordinada a modificaciones según las inyecciones económicas, en más que una herramienta lo convierte en un obstáculo.
Así mismo, no podemos olvidar que cualquier catálogo mercantil es mucho más que un book fotográfico, y que tras la fotografía hay un código que aporta toda la información necesaria del producto. Con respecto a las especies invasoras, no ha de bastar con señalar al objetivo, sino que hemos de aportar las respuesta a preguntas tales como el dónde, cuándo y cómo.
Que la situación es preocupante, es una realidad, pero no es menos cierto que hay soluciones, y que conforme avanza nuestra capacidad para diseminar especies, lo hace nuestra habilidad para desarrollar métodos de control. En este caso, y de entre los muchos posibles, dadas las debilidades que hemos comentado a lo largo del artículo nos hemos decantado por presentar un método que dé una respuesta viable a las mismas, el cual es, el método de la matriz GAGO.
Pues bien, lo primero es entender como trabaja este método para así comprender cuales son las ventajas que podría presentar. A tal efecto, hemos de decir, que se constituye de tres matrices, una para fauna, otra para vegetal y una última mixta. La operatividad de las mismas es muy similar, así que en este artículo solo describiremos la relacionada con la fauna para no hacer demasiado extenso el mismo.
El proceso comienza con la confección de la matriz de competitividad, la cual surge de enfrentar las especies autóctonas con aquellas de reciente aparición para cuatro parámetros, habitat, alimentación, depredación y lugar de cobijo o anidamiento. Estos cuatro parámetros esconden algo similar a lo que sería un código de barras, de manera que por poner un ejemplo, el parámetro de alimentación, se equipara a una serie de dígitos conforme se discrimina en el nivel alimenticio. Con respecto a quien elabora este código, no se trata de crear un cuerpo para ejecutarlo, pues ha de ser llevado a cabo por los operarios de espacios naturales, pues del mismo modo que estos son los encargados de censar las especies circunscritas a los mismos, al tiempo que se le asigna el valor de número de individuos, se les puede asignar el código de competitividad.
Pues bien, con este cruzamiento, obtenemos que especies compiten, pero ya hemos hablado de la necesidad redistribuir los esfuerzos, y dedicarlos a invasiones que puede subsanar el propio medio es un derroche, así pues, se recurre a la información previa que tenemos sobre el medio, más concretamente a la vinculada a las especies más amenazadas en el punto local de estudio, ya que un ecosistema es tan débil como lo es su organismo más vapuleado. Con ello, obtendríamos un valor de debilidad del ecosistema, y nos faltaría enfrentarlo a aquellos competidores con potencialidad, la cual la valoramos en función de sus habilidades en su hábitat de origen, habilidades tales como territorialidad, voracidad, etc. De este cruce de información, no solo podemos decidir que especie es un percance desde el primer invasor, sino que podemos plantearlo a nivel local, es decir desde ahora y aquí.
Por último, nos gustaría destacar una propiedad de este método que sobrepasa lo ecológico, pues al trabajar con especie dañina o no dañina, deja al margen posibles conflictos a la hora de etiquetar especies como invasoras, lo cual es especialmente beneficioso en especies como las cinegéticas, que por motivos sociales presentarán ciertas reticencias a la hora de ser catalogadas, y que de este modo no es necesaria la discusión de invasora pero con matices, sino que todo se resume a es necesaria la actuación o no lo es.
Como ya hemos dicho el problema es complejo, y aunque puede quedar reducido a una única pregunta ¿queremos una herramienta operativa o un libro con ejemplos?, aún nos queda mucho que pensar sobre las posibilidades que la catalogación de especies invasoras nos plantea.

Bibliografía.

Capdevila-Arguelles, L.; García, A.I.; Orueta, J.F. et al; 2006. Especies exóticas
invasoras: diagnóstico y bases para la prevención y el manejo. Organismo Autónomo de
Parques Nacionales, Ministerio de Medio Ambiente, Madrid.
Lobato Gago, Iván; 2010. Invasiones biológicas: Diagnosis y solución. Artgerust.
Zulima Tablado, José L. Tella, José A. Sánchez-Zapata y Fernando Hiraldo. “The paradox of the long-term positive effects of a north american crayfish on a European community of predators”. Conservation Biology. DOI: 10.1111/j.1523-1739.2010.01483.x

No hay comentarios:

Publicar un comentario